domingo, octubre 10, 2021

Saudade

Hoy amanecí con el sabor de la nostalgia en la boca, debe ser el día después del sol. ¿Se tratará de lo que los portugueses llaman saudade? Anoche estuve escribiendo. No seguí hasta muy tarde porque me venció el sueño pero había comenzado a escribir antes de llamarte y después proseguí. A mí me gusta vivir pero a veces siento extrañeza de la vida. Me embargan unas ganas de vivir y vivir y vivir y es como si hubiera dos personas en mí. Pues también hay que sobrevivir, encerrarse en la vida cotidiana, hacer lo que hacen los demás porque es parte de este juego. Yo creo que sí hay otra vida pero no después de esta sino que junto con esta y a veces vivimos una, a veces la otra y son paralelas. Facemos a viagem de uma vida a uma outra vida.

Santiago, cuadernos de viaje (2006)

Alexandría

 La tarde se extingue mientras Mauricio y yo recorremos la larga costanera de la ciudad, la "corniche", junto a la cual se desenvuelve el comercio, la vida callejera. Nos detenemos en un café y fumamos "sicha". Es algo único, distinto, exquisito. Yo busco siempre ese brillo que tiene la tarde que se extingue, ese instante en que te das cuenta que la taza de café entre tus manos tiene tanto significado como el universo entero. Pero a la vez es nada, es un recuerdo, en ese mismo instante ya es un recuerdo, como todas las tardes que recuerdas en tu vida y como aquellas que olvidaste. Lo que las diferencia es el esplendor de un misterio.   

Alexandría, Egipto. Cuadernos de viaje.

lunes, febrero 13, 2012

Postales de New York







Es de noche en la Zona Cero y las máquinas siguen trabajando sobre la superficie y debajo de ella. Llegamos en tren desde New Jersey y la estación final en Manhattan muestra todavía las secuelas de un horror. Ocho años tiene este horror pero es como el alma de un viejo que escupe sangre. Hace ocho años escribí unas líneas que hoy, en este lugar poblado por una multitud traslúcida, anoto sobre la página en blanco:

11 de septiembre

Paraísos contenidos en una palabra inacabable

pronunciada

en el médano de la luz. Ángeles horrendos,

multitud traslúcida en una sola

palabra,

aire incendiado que pronuncia el vacío.

Silencio.

Una brizna de silencio en la tormenta

detona el fuego de otras palabras.


New York. Cuadernos de viaje.

miércoles, octubre 28, 2009

El Azar Imposible o la Remota Posibilidad del Azar

Subo en el ascensor y me encuentro con un compañero de trabajo, Alvaro, con el cual nuestro tema en común es la música. –‘ Qué escuchas por estos días’. Es la pregunta habitual. – ‘Fanático del Jazz’. Me ha dicho alguna vez. –‘Qué escuchas por estos días?’ le pregunto. Y menciona la palabra ‘Air’. ‘Aire. Es un grupo francés. Son muy buenos. Recientemente publicaron un nuevo álbum. Un buen album pero no es tan bueno como los primeros, editados unos años atrás. Air. Te voy a enviar un par de links. Bien’.

Entro a la oficina. Me siento. 5 minutos después entra una colega, Yasna. Vuelve de almorzar igual que yo. Coloca una música que suena toda la tarde. Es el grupo Air Supply. Pero entremedio de todas esas canciones, a media tarde, aparece otra música, claramente diferente y cuyo autor, por cierto, no tiene nada que ver con el grupo australiano. Un error del compilador, sin duda. –‘Me gusta ese tema’, le digo. ‘A mí también’, me dice. ‘Quiénes son? No sé en realidad. Pero es un buen tema’.

Más tarde hago una búsqueda en Youtube a partir de la palabra Air. Quiero conocer el grupo que escucha mi amigo. Escojo unos temas al azar, algunos los desecho pero otros me atrapan, bajo los videos a mi equipo, las imágenes son a veces bellas, a veces sugerentes, se deslizan hacia la nostalgia y hacia una cierta sensualidad que invitan a un estado proclive al amor en su forma física. De repente, un tema: All I Need. El tema que escuchábamos hace un rato.

‘Es que el azar no existe’, me señala ella. ‘Nada es al azar’, confirmo yo, ‘sólo hay tramas que no vemos’. ‘Es cierto’, me dice. Y agrega un dato. ‘Alvaro nació un día antes que el día que yo nací’.

viernes, septiembre 25, 2009

Trampa Para Cazar Cuerpos

Sueño que te abrazo. Sueño que nos perseguimos en este laberinto de andenes y túneles que avanzan siguiendo un dibujo feroz que podría ser el curso de las líneas de tu mano, como un devenir implacable que me condena a buscar siempre la misma ruta, a repetir los mismos pasos, en los mismos horarios, en las mismas baldosas, los mismos días.
Estación terminal.
Me sujeto al fierro frío y alcanzo a verte apurando la marcha hacia el andén. El timbre anuncia el cierre de las puertas pero te quedas fuera y a pesar de tu sonrisa leo la desesperación en tus labios y esa es la trampa, no bajarme.
La estación emprende el viaje, acelera con un vértigo y se pierde en el hoyo fantasmal.
Sueño que nos casamos en Los Héroes, que te desvisto en Bellas Artes y que te hago desenfrenadamente el amor en Santa Isabel.

viernes, febrero 29, 2008

Sofía



Es el alba. Quizás para mis manos pueda ser la noche, para la consumación de mis palabras el radiante ocaso, para una magnolia el invierno. Quizás para tus párpados cerrados pueda ser el mediodía que ciega como el espejo del océano. Pero es el alba. La luz dispersa el vuelo de ciertas aves que cantan entre el follaje ardiente y en esa claridad, en esa limpidez, en esa tersura, yo restriego el sueño de mis ojos y si este tuviera un rostro debería ser el tuyo como una adivinanza que cede ante la memoria.
Sofía es anterior a todo esto. Cecilia la soñó, yo la intuí, y ella es todo brisa, todo claridad, cielo desmenuzado en partículas de rocío y nubes cúmulos y pétalos y canto de las aguas, río secreto que desciende desde las altas montañas, cotejando su curso con las líneas de la mano, arrastrando piedras que traen las imágenes de su rumor y de su devenir; acaso proviene desde la fuente de los milagros transitando desde la irrealidad hacia nosotros.

Algo muy sutil pero muy resplandeciente se manifiesta y se conecta con lo que yo soy y con lo que Cecilia es y no tenemos palabras para ello salvo esta dulzura que bordea la insensatez.
Pero Sofía se acerca cada día más a este mundo corporal y sensorial, no digo amoroso porque con Cecilia ya la amamos desde que era un huevito, una célula, un primordio, acompañando su crecimiento y despertar con las locas señas del corazón, augurando siluetas semejantes al paisaje de la noche, trayéndola del sueño como de un naufragio, escuchando latir su corazón con tal fuerza que dan ganas de rezar como se tienen ganas de arrancar un manojo de hojas secas y apretarlas en la mano hasta sentir que se pulverizan. Es el alba y se disuelven los retazos del sueño, donde estás en los brazos de Cecilia, en el centro esplendente del amor.

Yo le leo todos los días un capítulo del Popol Vuh, el libro sagrado y quién sabe si cuando nazca su nacimiento coincida con el capítulo de la creación del hombre, el hombre de carne a partir del maíz, después de los hombres de barro y de los hombres de madera, arrojados al mundo por los dioses.

Es el alba, Sofía. Puedo contarte que ayer vi un colibrí huyendo de una paloma. Fue algo vertiginoso. En cierto modo es la vida que pasó en ese puro instante. Dentro de unas semanas podrás empezar a saber lo que es un colibrí y lo que es el cielo y tal empresa te llevará toda una vida.

Juan Serrano, Febrero 2008

miércoles, enero 31, 2007

Belleza


Fotografía de Herbert List.



La luz y la impresión la dibujaron en mi mente,
lo mismo que un diamante sobre un cristal.
Me propuse describirla. Pero luego pensé:
cualquier descripción sería al objeto en sí, por ejemplo:
lo que es el color blanco a la idea del color blanco.

de El Esplendor de la Ceniza. Juan Serrano.